lunes, 26 de mayo de 2008

Taller de Acción Cultural

Sintesis del trabajo realizado con las Recolectoras de Frutos Silvestres de la Región del Bío Bío


El Taller de Acción Cultural TAC es una organización orientada al rescate cultural, la recuperación de la memoria histórica, la educación popular y la investigación, dentro de los programas desarrollados este organismo es posible destacar el grana avance que han tenido en materia de los PFNM con las recolectoras de la Región del Bio-Bio, es por esto que mencionaremos a grandes rasgos algunas de las actividades que desarrollan a modo de difundir iniciativas que son completamente necesarias de replicar.


El programa de trabajo con “Recolectoras de Frutos Silvestres” nació en el año 2000, después de realizar un diagnóstico de la situación de éstas en la Octava Región del Bío Bío.



El punto de partida fue la información entregada por el estudio “La actividad de Recolección de Frutos Silvestres” realizada en el año 1998 por profesionales del Programa Servicio País de la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza. Con esos antecedentes se dirigieron a las comunas de Santa Juana, Hualqui, Ranquil, Pemuco, Curanilahue, San Ignacio, el Carmen y Recinto para conocer a recolectoras que intentaban mejorar sus condiciones de trabajo, en las más diversas formas. Simultáneamente entrevistamos a dirigentes campesinos, a algunos profesionales del Servicio País, a funcionarios de Indap y a la presidenta de la Coordinadora de Mujeres Productoras de Ñuble



La investigación llevó a concluir que las recolectoras eran un vasto sector de mujeres que recolectaban en forma dispersa, sin reconocer que esta actividad era un trabajo sino por el contrario considerándola una obligación humillante.

Por esto mismo organizarse en torno a ella carecía de todo sentido. Entre las mujeres que recolectaban durante todo el año distinguimos dos tipos: unas recogían frutos silvestres en pequeña escala: maqui, chupones, mora, murtilla, mosqueta, digüeñes, nalcas y los vendían a compradores locales. Otras recolectaban mañío, avellanas, retamos, hongos, etc. que entregaban en mayor escala a intermediarios o distribuidores que estaban en otras ciudades e incluso exportaban. En períodos más álgidos, hasta los niños dejaban la escuela para incorporarse a la recolección.

Casi la totalidad de las mujeres eran jefas de hogar o tenían a sus maridos cesantes. Vivían y viven rodeadas por empresas forestales, razón por la cual ni ellas ni sus maridos tienen ninguna otra alternativa de trabajo. En su mayoría, tampoco han tenido experiencias organizacionales anteriores y su escolaridad es muy baja. Por constituir un sector completamente invisibilizado, ninguna institución trabajaba con ellas, aún cuando los niveles de pobreza en que vivían eran extremos.



Con estos antecedentes elaboramos un proyecto que fue financiado por Oxfam y que se orientó a:

a. Legitimar la actividad de recolección como una fuente laboral estable y sustentable,

b. Entregar elementos metodológicos que permitieran - a los grupos - mejorar sus formas de trabajo y optimizar la producción,

c. Construir una experiencia de organización - capacitación que fuera factible de ser reproducida por recolectoras de otras regiones del país.

d. Desarrollar una campaña de difusión que permitiera visibilizar la realidad de los recolectores.
Para la realización del trabajo seleccionamos seis grupos ubicados en las comunas de Curanilahue en el sector minero, Hualqui más cercano a la ciudad de Concepción, Los Corrales entre forestales en plena Cordillera de la Costa, Batuco en medio de viñedos, Recinto bordeando la Cordillera de los Andes y Culenco en una comunidad de campesinos.También aceptamos la invitación a participar que nos hizo la Coordinadora de Mujeres Productoras de Ñuble.



El proceso organizativo comenzó con la agrupación de las recolectoras, que poco a poco se fueron organizando y a medida en que se fueron capacitando se han ido constituyendo en Comités Productivos con Personalidad Jurídica.



Paralelamente, como organizaciones fueron sintiendo la necesidad de coordinar sus actividades y formaron la Coordinadora Regional de Recolectoras y Recolectores del Bío Bío que opera como un órgano de dirección, comercialización, representación, que las refuerza y les permite actuar en forma corporativa.

Hoy día la Coordinadora está formada por los Comités:



“La Esperanza de Culenco” comuna de Pemuco;



“Renacer de San José de Colico” comuna de Curanilahue;



“Centro Artesanal El Nuevo Amanecer de Los Corrales” comuna de Cobquecura;



“Comité de Recolectoras de Coihuico – Deshifrut”, comuna de Cabrero;




“Comité de Recolectores Las Dichas de El Rincón” comuna de Ninhue;



“Taller Laboral Cuyimpalihue” de Cañete; Sociedad SODEAGRO Ltda., sector Los Patos de la comuna de Nacimiento



"Taller Laboral El Renacer de Totoral" – San Nicolás.




se trabajo a través de dos líneas que luego aumentaron a tres:

a. Acompañando el proceso de los grupos en su propia comunidad, para entregarles elementos metodológicos que les permitieran avanzar hacia sus metas y lograr el desarrollo que buscaban.

b. Reuniendo al conjunto de las recolectoras en tres o cuatro Encuentros anuales, orientados a realizar un intercambio que les ayudara a reforzar y dignificar su identidad de recolectoras

c. Realizando Encuentros mensuales con los dirigentes que buscaban profundizar la capacitación, estimulando las visitas de intercambio entre los grupos, la participación en Foros y Seminarios como por ejemplo en el Foro Social de Porto Alegre donde el año 2005 asistió Quenaida Valdebenito (recolectora del Comité de Culenco), invitada por Anamuri.

A medida en que las recolectoras se fueron organizando, se fue buscando con ellas el modo de mejorar sus condiciones de trabajo, teniendo en cuenta que el precio que recibían por sus productos era demasiado bajo y que los períodos de recolección eran interrumpidos por otros en que no contaban con ningún ingreso, todo lo cual las mantenía en una situación miserable.



Después de constatar que el precio que pagaba la agroindustria no excedía sustancialmente al de los intermediarios, comenzamos a buscar alternativas posibles para dar valor agregado a los productos recolectados. Así se encontramos con una experiencia realizada rudimentariamente por recolectoras de los Corrales y con otra posterior más exitosa, realizada por el comité de Coihuico bajo la dirección del Programa PRODESAL y la capacitación de Alfredo Zenteno, Tecnólogo en Alimentos y encargado del Dpto. de Agroindustrias de la Universidad de Concepción. Las dos consistían en el deshidratado de hongos y la segunda incluía también el secado de frutas y verduras.



Actualmente los comités de Curanilahue, Cañete, Nacimiento, Pemuco, Cabrero y Cobquecura cuentan con sus Plantas Deshidratadoras construidas con aportes de Oxfam, las Municipalidades respectivas, el Fosis, Prodemu, sus comunidades y el TAC.

La Comercialización, elemento fundamental para que el Comité pueda asumir su función como fuente laboral, para nosotros constituyó un desafío en tanto se propusieron transformarla en un medio formativo que contribuyera al desarrollo integral de las recolectoras y recolectores. El primer paso consistió en lograr que fueran, poco a poco, comercializando sus productos en forma conjunta a través de la Coordinadora Regional de Recolectores

-Venta directa en Ferias y Muestras Campesinas que se realizan anualmente en diversas ciudades del país. En ellas se establece una relación cara a cara con un comprador que viene a la Feria buscando productos que se venden solo en esos lugares,

-Venta en redes del Comercio Justo, que establecen condiciones educativas en tanto exigen del productor y del vendedor un intercambio justo, sustentándose ambos en valores de Justicia.

-Venta por medio de exportaciones convencionales y distribución a nivel nacional, que también es necesario porque permiten vender en mayores volúmenes, aunque el precio que se recibe por los productos sea más bajo.

Desde los inicios del Programa, el TAC ha venido orientando el trabajo de manera que las recolectoras construyan su oficio a través de un proceso de relaciones dialécticas con diversos actores del sector empresarial, académico, ambientalista, estudiantil, laboral, público, etc. Los resultados han contribuido significativamente para que la recolección adquiera proyecciones que abren una esperanza para el futuro de los miles de campesinos que han hecho de ella su fuente de ingresos.

En el año 2000 comenzaron tomando contacto con empresas agroindustriales con las que mantenemos una interacción por estar involucradas en una problemática común. El Dpto. de Agroindustria de la Universidad de Concepción entrega asesoría para el deshidratado de frutos silvestres, la Facultad de Agronomía de la misma Universidad nos acoge para visitar sus plantaciones, intercambiar conocimientos y capacitar a las recolectoras en lo que respecta a hierbas medicinales.



En el INIA Andres France (investigador) les entrega conocimientos específicos, entre muchas cosas, respecto a la forma de recolectar los hongos estimulando su reproducción y protegiendo al medio ambiente. En INFOR y la Fundación Chile sus investigadores les facilitaron el acceso a la investigación “Innovación Tecnológica y Comercial para los PFNM en Chile” que les dio a conocer que en nuestro país hay 220.000 recolectores. También aprendieron las posibilidades de extender el espectro de productos a recolectar, las propiedades de estos frutos y la riqueza que ofrecen nuestros bosques en relación a ellos. Todo ello les abrió y aún sigue abriendo perspectivas significativas para el trabajo de las recolectoras, en tanto mantenemos un intercambio permanente.



Del mismo modo ha sido importante la relación establecida con las Municipalidades (gobiernos comunales) cuyas autoridades han abierto un espacio en el que las recolectoras se han legitimado como trabajadoras y se han puesto en contacto con diversas instituciones del Estado que les han otorgado financiamiento para sus plantas deshidratadoras. Por último, la relación con los Medios de Comunicación ha sido fundamental para que las recolectoras den a conocer su trabajo y logren un reconocimiento social de su condición de mujeres trabajadoras y de su oficio.
Sin embargo, señalan, faltaba la relación con las empresas forestales que es fundamental, ya que el procesamiento de los frutos exige recolectar volúmenes muy superiores a los de antes y para ello, las recolectoras necesitan un acceso fluido a sus predios, al mismo tiempo que deben impedir que las empresas fumiguen los bosques en el momento de las cosecha de los frutos silvestres.

En vista de todo esto el 21 de Noviembre del 2004 convocaron a participar en el Seminario - Taller “Los PFNM en la Región del Bío Bío, proyecciones y desafíos” que tuvo lugar en la Universidad de Concepción y dio como resultado la constitución de una Mesa de Trabajo.

Para esta Mesa se propusieron los siguientes objetivos:



1. Conseguir que la experiencia compartida entre los diversos integrantes del grupo, nos permita visualizar la recolección en toda su complejidad. Es decir en su dimensión laboral, social, histórica, cultural, económica, técnica, ecológica y política.

2. Lograr que la reflexión conjunta nos entregue una dimensión más amplia y con mayores perspectivas acerca de la riqueza del bosque, de manera que creemos el espacio adecuado para una acción conjunta que nos beneficie a todos.

3. Lograr que el diálogo desarrollado entre los participantes alcance la fluidez necesaria para construir juntos un horizonte que oriente el trabajo de la Mesa y el de cada uno de sus integrantes.

La Mesa tuvo su primera reunión el 18 de Mayo 2005 en la Sede del Infor (Instituto Forestal) y participaron los dueños de casa, el Presidente y Secretaria de la Coordinadora Regional de Recolectoras y Recolectores, Raúl Betancourt Alcalde de Yumbel y presidente de AMDEL , representantes de la empresa Forestal Mininco, de Masisa, de Forestal Arauco, del Prodesal de la Municipalidad de Cabrero, del Dpto. de Desarrollo Rural de la Municipalidad de Yumbel, del Servicio País de Ninhue y del Taller de Acción Cultural. A éstos se fueron agregando otras empresas forestales (Celco, Bío Bío, Monteaguila...), funcionarios de otras Municipalidades, representantes de la Universidad de Concepción, etc.
Posteriormente la Mesa continuó reuniéndose mensualmente y en concreto lograron:

- El acceso libre de los recolectores a los predios de las empresas forestales. Incluyendo la firma del Primer Convenio entre la empresa Forestal Celco y el Comité de Recolectoras “La Esperanza de Culenco”, comuna de Pemuco, firmado el 14 de Diciembre pasado.

- La fumigación previo acuerdo de las empresas forestales con los comités de recolectoras,

- La entrega de madera muerta de los bosques (empresas) para ser utilizada por los comités.

Además se formó un equipo integrado por diversos participantes de la Mesa, que comenzó a trabajar en el diseño de una investigación que permitirá revelar y relevar el “Impacto Económico y Social que tiene la recolección de PFNM en la Octava Región”, con el objeto de diseñar e impulsar políticas públicas orientadas al sector. Trabajo que está en una fase inicial.

En Septiembre del 2003 salió de imprenta el libro “Recolectoras de Frutos Silvestres, oficio de mujeres en la región del Bío Bío” que recogía los resultados de la investigación de un equipo formado por miembros del TAC y tres investigadoras externas. Este fue financiado por Oxfam Chile y ha constituido un aporte fundamental para nuestro trabajo, para las recolectoras, las Municipalidades, instituciones y diversos actores tanto de Chile como del exterior.

En esta línea establecieron relación con los investigadores de Infor y Fundación Chile y luego con la Universidad, las municipalidades, etc

Por último, el proceso de visibilización también ha ido abriendo nuevos campos de acción por ejemplo en el año 2005, el TAC fue invitado a formar parte de la cooperativa del Comercio Justo .

También el año 2005 fueron invitados a participar en la Iniciativa Chilena por una Certificación Forestal Independiente (ICEFI) que es el grupo de trabajo chileno de la Forest Stewardships Council (FSC) cuya sede central está en Bonn, cuyo objetivo es generar estándares de certificación bajo los principios y criterios del FSC,

El objetivo principal es lograr que la recolección sea un trabajo digno para todos aquellos que viven de él. Esto implica que se constituya en un oficio que efectivamente dignifique y mejore la calidad de vida de sus protagonistas, que sea reconocido socialmente, que las recolectoras se incorporen en el proceso productivo de nuestro país y que asuman el cuidado del medioambiente.

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